sábado, 12 de noviembre de 2011

Flor de verano


 La llama de la vela se balancea sutilmente y desprende un aroma a canela que me hace evocar esos días de fiesta que se celebran con la elaboración de dulces.

La música suena, la música que premeditadamente yo elijo; música que me trae al corazón el palpitar del primer amor; pareciera que añoro la melancolía por el paso del tiempo, pero no, no es esa la razón, ni siquiera me siento triste.

La sangre por mis venas circula más deprisa cuando mis recuerdos afloran, escalofríos que, provocados por algunas músicas de otros tiempos, vuelven hoy y ahora a aparecer.

Quiero recordar, no quiero perderme en el paso del tiempo, y que cuando alguien me pregunte la edad responda un escueto número, y que mi edad sea solo eso, una cifra, un aquí y un ahora, y que yo misma sea eso nada más.

¡No! Soy un ayer y un hace mucho tiempo, una niña y una adolescente. "¡Oh juventud, divino tesoro!"* quédate en mi memoria. Quiero ser la misma que fui, ilusionarme con las mismas ilusiones, emocionarme con las mismas emociones, sentir los mismos anhelos y... nunca alejarme de mí.

* Canción de otoño en primavera, Rubén Darío    http://www.los-poetas.com/a/dario1.htm





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