jueves, 28 de junio de 2012


¿Me viste llegar?
¿Viste como me iba acercando?

Vi como el manto de la noche lo iba cubriendo todo con timidez.
No queriendo hacerse visible
y así no molestar a las peticiones de los asistentes que, inmersos en sus pensamientos,
anhelan, desean y piden como niños a sus padres
sus caprichos, sus necesidades.



¿Serán concedidos?

Un anhelo que dura un año.

Reunidos a la luz y el calor de la lumbre,
sumidos en un círculo de amor,
alzan sus preces al cielo,
al viento, a los árboles,
a todo ser animado e inanimado,
al cosmos..., a los dioses.

Suena el crujir de las ramas de los árboles,
allí atrás,
a un lado y a otro del claro del bosque.

Unidas las manos expresan sus deseos
para todos..., el bien para todos.

Una ráfaga de viento,
una antorcha que se apaga,
un animal que suena a lo lejos..., el silencio,
sumidos en el silencio y en la comunión.

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