domingo, 16 de septiembre de 2012

La segunda madrina


El momento de mi nacimiento marca mi carácter...
y no sé si por suerte si por desgracia,
este me obliga a pensar...,
a echar a rodar mi cabeza
en un movimiento circular
sin principio ni fin.




Pensamientos que han forjado un mundo interior,
un mundo propio y particular
donde me encuentro en mi lugar.

Hablo de mí
aunque, en realidad, no soy yo.
Es el mundo en el que vivo el que me inspira,
con sus gentes, con sus músicas, con su arte,
con sus colores, con sus olores,

con sus niños,

con su humor y alegría,
con sus problemas, con sus vidas,
a veces, con su crueldad,
a veces, con su ternura.

No puedo vivir sin la gente,
me encantan y me superan las risas, las bromas,
el afecto y el cariño sincero...
que solo lo encuentro y me satisface
en mi familia, en mis amigos..., en mis niños.

Hay que dejar madurar la fruta de la vida
para entender que cada uno tiene su manera,
y que no es malo ni bueno,
solo un tesoro particular.

Por ello, doy las gracias a los que me dan su cariño...
y un beso precioso diciéndome:

" ¡ay, si es que esta Pili no cambia!"

Impuntual, un poco lenta al pillar chistes, ingenua y crédula...

pero con una gran capacidad para disfrutar, apreciar
y amar profundamente a los que me aprenden a valorar.

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