martes, 17 de diciembre de 2013

La pasión y la sentencia



Bajo los poros de la piel de ella surgieron fuertes deseos de amarlo, pero él no estaba interesado. Ella, dolida y despechada, lo denunció a las autoridades.

- Júzguelo con dureza, Señor juez, no quiere amarme.



El juez, tras examinar las pruebas del caso, con voz firme dictó sentencia:

- Sin el rastro de la lucha y las marcas propias de la pasión en los cuerpos de los amantes, no hay crimen.

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